20 jul 2006

MELANCOLIA E INCESTO

APUNTES SOBRE LA CAIDA DE LA CASA DE USHER

¿Por qué se cae la casa de Usher? El genio de Poe te lo dice en una línea: “…habían existido siempre entre ellos (los hermanos) unas simpatías de naturaleza casi inexplicables”.
Y luego no vuelve a hablar más del tema. O mejor dicho: habla todo el tiempo, pero no lo dice. Ese es el arte de la literatura. A mi me vuelve loco ese “casi”. Casi inexplicable. Y, ¿qué explicaciones puede haber? Usher loco, melancólico, los cabellos le han crecido como telas de araña. La entierra prematuramente a su hermana porque en realidad tiene deseos de matarla. Cuando comprueba que ella aún sigue viva, todo se derrumba.
“Es raro ese cuento” me dijo Bea el otro día. Tan raro como el incesto, tan común como el derrumbe.
¿Y el hombre que mira? El personaje que narra se va, al final, dejando que la casa se venga abajo. Es como si quisiera dejar atrás la caída. “Ahí está” parece decir “que se caiga arriba de quien se tiene que caer, la casa”. Él sólo estaba ahí para contarlo. Curiosa perspectiva de Poe narrador. Sus personajes parecen siempre mirar la realidad desde afuera. Están adentro sólo para contártelo. Y cuando las cosas se ponen feas, se van. “La caída…” es el caso más extremo.
O, como en El Pozo y el Péndulo, quien cuenta se salva a último minuto. Claro, sino… no lo hubiera podido contar. Te lleva hasta el extremo y luego te saca. El cine americano le debe mucho a su perspectiva. Un paralelo evidente entre la vida de Poe y su obra se traza a través de la posición que asumen sus personajes.
El escritor que trata de exorcizar sus fantasmas, el alucinado bajo el efecto del láudano. Hay una foto de Poe, o un cuadro. No lo recuerdo bien. Con su bigote fino y su rostro chupado está mirando, mira a sus futuros lectores. Está triste porque no le dan bola. Nadie le reconoce lo que está haciendo. Pero él parece saber que 100 años después los hombres seguirán sugestionándose con sus cuentos.
Melancolía e incesto. El melancólico expresa una culpa oculta, que no actúa al descubierto. Una culpa insólita, que no tiene palabras. La melancolía es en el relato la consecuencia lógica del incesto negado. Una forma de autodestrucción. Dejarse crecer el pelo como tela de araña. Abandonarse a la culpa. Dejarse derruir por ella.
Hay algo en la tradición trágica de la literatura argentina que tiene sus orígenes en la fascinación por Poe. Poe es lectura de iniciación. Se lo lee a los 14 y se teme por las noches, debajo de las cobijas, el murmullo del “corazón delator”.
Recuerdo que mi madre me prohibió leerlo, la tarde en que me descubrió arriba del coche de mi viejo con un ejemplar de las “Narraciones Extraordinarias” que me había sacado de la Biblioteca del pueblo por recomendación de mi tía. “Tu tía está loca” puso mi madre el grito en el cielo “Esos no son libros para chicos”.
Yo lo devolví. Pero después empecé a ir a la biblioteca a leer allá. En el verano, cuando la siesta se alarga en La Pampa, leer a Poe produce una extraña sensación. En la llanura el incesto y la melancolía se respiran en el aire. No hace falta mucho para sugestionar a los hombres. Se vive con esos fantasmas y nunca se habla del tema. Poe saca su magia de ese mundo rural que permanece intacto desde el siglo XIX en los pueblos pequeños.
No se habla del tema.
Aquí tampoco.
Baste agregar un solo hecho de la biografía de Poe para completar la figura: Se casó con una mujer de 13 años en 1825. Virginia Clemm.
Lean: http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/literatura/usher/usher.html
Otras rarezas de Poe en “La caída…”. Usa una palabra en francés: “ennuyé”. La traducción más cercana al español es “hastiado”. ¿Por qué lo dice en francés?
Otra: cita una obra casi desconocida de Maquiavelo, “Belphegor”. Para ser más precisos, se trata de “Belphegor el archidiablo”, también conocida en italiano “Il demonio que prese moglie”. La traducción es muy complicada. Algo así como “El demonio que tomó mujer”, si queremos ser literales. O “El demonio que se casó”. ¿Se casó el demonio de Usher con su hermana?
La obra de Maquiavelo, una de sus últimas creaciones, trata sobre la misoginia. Poe no era inocente al citar.
Última rareza: el cuento que el narrador le lee a Usher al final está escritor por un tal “Launcelot”. ¿La sombra de las leyendas del Rey Arturo caen sobre la casa Usher?
Hay un tango que dice “me gusta cuando callas” y habla de la “melancolía”. La poesía es de Neruda. Yo también callaré, a ver si les gusta.

13 jul 2006

Cosas Raras I

Dice Musil

“La condición del arte es la embriaguez. Excitación sexual, concupiscencia, fiesta, rivalidad, movimiento extremo – tales son sus causas… Este sentimiento impulsa al individuo a imponerse a las cosas...”
No pensaba en ello mientras martillaba esa tarde sobre el muro. No registraba el sonido del vacío detrás de si. Es difícil congelar su imagen en el tiempo. No tiene tiempo que congelar. Está ahí sentado, hace mucho calor.
“Hay que aprender a ver” dice Musil. “He aquí el adiestramiento primordial para la espiritualidad; no reaccionar instantáneamente a los estímulos, sino llegar a dominar los instintos inhibitorios, aisladores.”
Pero el martilleador está enojado. Ha reaccionado.
“Toda vulgaridad obedece a la incapacidad para ofrecer resistencia a un estímulo”. Suena fácil, pero no lo es. El martilleador tiene mucha bronca.
Él no ha leído los Diarios de Robert Musil. Ni siquiera sabe quién es ni le interesa. Y si alguien se lo nombrara se quedaría mirándolo como quién ha logrado mentar al más famoso sin que su interlocutor se entere de qué va la cosa. Si el martilleador fuera más sólido, le diría que esa es una de las preguntas difíciles del Trivial. “¿Quién es Robert Musil?” O “¿En qué país nació el escritor Robert Musil?”. Pero el martilleador no juega tampoco al Trivial.
Su mayor ejercicio intelectual lo realiza en la playa, durante el verano, cuando rellena el crucigrama que viene en el periódico. A veces se levanta y le pregunta a su mujer “Lago más alto del mundo, en Sudamérica, Bolivia”. “Ocho letras”.
Pero su mujer tampoco sabe y al final termina rellenando el casillero gracias a que acierta con las palabras transversales. “Titi Caca!” “¡¿Cómo no lo supe antes?! Más fácil… Titi Caca”. Pero hoy el está enojado y de nada de eso se acuerda.
Dice Musil que el arte de Leonardo Da Vinci era “natural y racional al mismo tiempo”. Nuestro hombre no lo es. A veces actúa con cierta naturalidad y otra vez se muestra racional, pero en ningún momento logra congeniar las dos virtudes y mucho menos profundizarlas. Nuestro hombre está en la calle, donde todo sucede. Estamos regresando a la Edad Media. Todo sucede, una vez más, en la calle.
Nuestro personaje ha adquirido habilidades, no posee casi atributos y suele reír muy poco. Es parte de su condición de ciudadano contemporáneo. De hombre de la calle, digamos. Ríe con la televisión, algunas noches. Muy poco lo hace con su mujer, mucho menos con sus hijos. Con sus hijos ríe una vez al mes.
Es más fácil que nuestro hombre compre un número de la lotería. Y eso que nunca leyó a Borges, por lo cual no sabe que la lotería… ay ay ay… la lotería…
Dice Musil: “Todos los números reales pueden ser representados mediante puntos sobre el eje de las abscisas”. Y el martilleador dice “¿Ah si? No lo sabía. ¡Qué importante! Jamás lo hubiera pensado.” Y se queda pensando… “Todos los números… qué loco! Ja ja. ¡En el eje de las abscisas!”
Toda es reflexión le hace olvidar por un momento su furia. Ya no tiene tantas ganas de pegarle al jefe. Lo ve como a un enano. Un escombro más. Como los que él hace todos los días, dale que te pego con el martillo. Un pedacito de ladrillo que cae roto al lado de su antiguo vecino. Ya no es un casa, su vida ha perdido sentido. Ya no es un muro. Es sólo un pedacito de ladrillo. Nuestro hombre ha dominado los instintos inhibitorios. Siente la embriaguez del arte, hasta está un poquito excitado, siente la concupiscencia cerca, la fiesta… Nuestro hombre se acerca a Musil. O a lo que Musil dice, que no es lo mismo.
Dice Musil: “Libre voluntad (par excellence) = poder emprender algo”.
Y el martilleador siente que él emprende algo. Cada mañana. Por eso tiene bronca. Porque él emprende y emprende y sin embargo cada día se le presenta una realidad igual a la que abandonó el día anterior y él tiene que volver a emprender y no comprender por qué el muro se repite y regresa y nunca hay otra cosa que hacer que no sea emprender la destrucción de un muro nuevo. Está cansado nuestro hombre. No siente que poder emprender algo lo impregne de libre voluntad.
La última vez que se sintió libre fue… “¿cuándo fue?”
Cuenta Musil “Hace cuatro semanas vi reírse a un caballo aquí. Fue en Vialle Della Regina. Se trataba de un pequeño, elegante y joven caballo de coche de punto. Estaba atado a un muro”.
El mozo le hacía cosquillas al caballo. El caballo se moría de la risa. Nadie rompía el muro.
Todo eso nuestro hombre no lo sabe.

10 jul 2006

Entrevista con Quique Sanchez Flores

Hijo de Isidro Sánchez, lateral del Real Madrid en los tiempos de Alfredo Di Stefano y de Carmen Flores, hermana de la gran Lola, Quique Sánchez Flores es un bicho raro del fútbol español. Al igual que su padre formó parte del Real Madrid en los tiempos de Laudrup, Hierro, Redondo y Martín Vázquez, hasta que le llegó la hora de colgar los botines y no pudo, o no quiso, alejarse de los estadios. Fue entonces que emprendió la difícil tarea de ser Director Técnico en el ultra competitivo fútbol español. Dio sus primeros pasos en Getafe, un equipo pequeño que luego de su paso ya no abandonó la Primera División, hasta que lo llamó el Valencia, uno de los grandes clubes ibéricos. El Barcelona le arrebató el sueño de lograr el título este año, pero sus objetivos de volver a colocar al club entre los primeros de España y de llevarlo a la Champions League la próxima temporada se ha cumplido. De verbo ágil como sus piernas y con la mirada amplia que sólo tienen los que como él se han criado mamando arte y fútbol en cada rincón de la infancia, Quique se confiesa a Playboy en esta entrevista exclusiva.

P: He oído decir que crees fervientemente en la genética. Y los que vieron a tu padre jugar juran que tu tenías jugadas idénticas a las suyas, ¿es cierto?

Q: Si, claro. Aunque eran épocas muy distintas, pero nuestra forma de jugar, además de hacerlo los dos por la banda derecha y con el número 2, eran muy similares. Éramos laterales ofensivos, él muy ofensivo para su época y yo un lateral moderno para mi tiempo.

P: ¿Se ha perdido esa forma de jugar antigua, ese fútbol intuitivo y pasional de antaño? Alguna vez te he oído decir que los jugadores ahora corren más y piensan menos…

Q: Si, están muy mecanizados, automatizados. Sobre todo en el aspecto defensivo están muy controlados y el jugador pierde libertad e instinto. Hoy en día el equipo que no está organizado, que no cumple con ciertas obligaciones, da la sensación de que está despistado y es más vulnerable a la derrota.

P: ¿Eso sólo pasa en Europa o también lo ves en el fútbol latinoamericano actual?

Q: El fútbol latinoamericano lo veo más abierto, más genial. Tiene más espacios, está menos organizado sobre el campo. En Europa, sobre todo en las grandes ligas, como España, Italia, la sensación es que nos encontramos con un fútbol más táctico.

P: ¿No será que se ha vuelto muy industrial? ¿O es que hay demasiado dinero?

Q: Es una pesadilla que se muerde la cola. Es más industrial, se mueve mucho dinero… Hay demasiados “objetivos” que se deben cumplir para satisfacer a los dirigentes. Eso obliga a que los entrenadores sean menos arriesgados, menos atrevidos. Y eso nos obliga más a recurrir a la táctica. Es un círculo muy difícil de romper.

P: ¿Qué es más estresante? ¿Jugar o entrenar?

Q: Entrenar, obviamente. Tienes que pensar más. Y jugar es más divertido y salvaje. Aunque después de conocer las dos profesiones me quedo con la de entrenador.

P: Se dice de ti que primero marcabas y después jugabas, ¿es cierto?

Q: Más o menos. Cincuenta y cincuenta. Era un marcador que me tocó jugar frente a delanteros muy buenos y luego tenía siempre la virtud de estar en el campo con la pelota.

P: ¿Hay alguien hoy en el Valencia que se parezca a ti?

Q: Salvando las diferencias, creo que Miguel. Es superior a mi en cuanto a fortaleza física pero tiene esa capacidad para ir arriba y abajo desbordando rivales y llegar al área contraria como lateral, en eso nos parecemos.

P: Ese ambiente en el que te has criado de músicos, artistas, bailarines, que rodeaban a tu tía Lola ¿cómo te ha influido eso después? ¿relacionas el fútbol y la música cuando te pones a trabajar?

Q: El fútbol es una forma de arte. Los futbolistas somos muy corales, somos como bailarines, nos tenemos que aplicar con sentimiento, con coordinación. Y tenemos que tener una sensibilidad muy especial. Todo eso lo he bebido en ese mundo genial de mi infancia, donde se respiraba improvisación por todos lados. Todo eso luego me sonaba parecido cuando empecé a jugar, todo tenía su lógica dentro de esa mirada.

P: ¿Lola nunca te contagió la pasión por el canto? ¿Te has puesto a cantar alguna vez?

Q: No, no. Cantar no. Ya tengo demasiada familia que lo hace, mi tía, mi madre, mis sobrinos. El árbol genealógico de la familia parece que se dividió en dos ramas: la física se dedicó al fútbol, la artística a la música.

P: Y a parte de tu padre ¿quién fue el que más te impregnó de fútbol en tu infancia?

Q: Alfredo Di Stefano. Es mi padrino y muy amigo de mi padre. Cuando entró en el Valencia en los años 70 mi casa se llenó de camisetas, de jugadores del Valencia que pasaban por ahí. Y eso no sólo hizo que me empezara a apasionar por el mundo del fútbol, sino que también me volviera valencianista. Y mi hermano Isidro, que es un año y medio mayor que yo y que siempre me llevaba de la mano a los campos donde mi padre jugaba. Todo eso fue abonando el terreno…

P: Tienes también fama de ser uno de los pocos intelectuales que hay en el mundo del fútbol. Una especie de Valdano contemporáneo…

Q: No. Jorge tiene una visión muy grande no sólo del fútbol sino de la vida en general, maneja muchos instrumentos. Yo manejo los justos, pero me gusta manejarlos bien. Me gusta la lectura, la música, el cine. En suma, no creo que me guste nada que no le guste a una persona normal, virtudes que no solemos utilizar mucho los que estamos en este mundo porque estamos demasiado impregnados por el deporte.

P: ¿Qué te gusta leer cuando estás en casa, relajado y tranquilo?

Q: Un poco de todo. Me gusta Benedetti, García Márquez, me encanta la novela sudamericana. Esa forma de expresarse me inspira mucha sensibilidad, se respira mucho sentimiento. Me gusta también leer biografías, historias reales. Leo bastante y un poco de todo.

P: ¿Y la música?

Q: Me gusta todo tipo de música. El soul, el funkie, el pop, el hip hop.

P: ¿Esa sensibilidad te ha hecho entrar en conflicto alguna vez con el ambiente del fútbol? ¿Has sentido que chocaban internamente las dos sensibilidades?

Q: No, lo he vivido siempre de un modo muy natural, aunque da la sensación de que cuando surge un personaje al que le gusta algo más que la pelota parece que estuviera en contra del fútbol y eso no es así. Creo que estaría muy bien a que a mucha gente del fútbol le gustara el fútbol y viceversa. Son mundos complementarios y sería bueno que pudiéramos unirlos más.

P: Una muestra de esa unión se verá ahora con el documental que prepara Emir Kusturika sobre Maradona…

Q: Me encantaría verlo. Maradona es un personaje admirable y una referencia interesantísima dentro de la historia del fútbol.

P: No eres de los que critica los comportamientos de Diego fuera de las canchas, ¿verdad?

Q: No, no, no. Para nada. Creo que es un genio como pudo ser Lola Flores en el mundo del arte él lo es en el fútbol. Todos pensábamos que no iba a poder darle vuelta a su vida y finalmente se la dio y eso me alegró mucho. Creo que es un personaje muy vital, muy sensible y hay que comprenderlo.

P: ¿Ves a algún Maradona en el fútbol contemporáneo?

Q: No, no lo veo. Maradona era de esos jugadores que provocaba que uno se sentara a ver un partido de fútbol sólo para verlo jugar a él. Y eso que había 22 jugadores en la cancha, pero uno sólo se sentaba a ver a Maradona. Nunca más he vuelto a sentir algo similar. Esa sensación de decir “voy a sentarme a ver que inventa Diego hoy”.

P: Juguemos un poco. Sin pensar. Te nombro a algunos futbolistas y me dices lo primero que se te viene a la mente. ¿Ronaldinho?

Q: Distinto. Necesita más del apoyo colectivo para desequilibrar un partido. Menos capacidad para englobar el juego de todo el equipo.

P: ¿Messi?

Q: Muy bueno. Ha sido la alternativa triunfal del Barcelona esta temporada. Aportó algo distinto. Todo lo demás ya lo tenían, vino Messi y marcó la diferencia.

P: ¿Aimar?

Q: Es un jugador desequilibrante, capaz de inventar jugadas imposibles a lo largo de un partido y quizá lo que le está haciendo falta es que pisar más el área. Juega en zonas muy difíciles del campo y salir vencedor de esas zonas es muy complicado.

P: ¿Kluivert?

Q: Ha sido un grande pero tuvo una temporada muy difícil. Fue un jugador muy destacado pero ahora anda peleado con las lesiones y eso lo atenúa.

P: Un monstruo en retirada: Zidane.

Q: Es una pena. Se nos va un jugador bello, con una gran elegancia y una inteligencia permanente, que siempre ha tenido unas salidas extraordinarias. Pero es la ley del fútbol…

P: Se retiran mucho más jóvenes los jugadores en Europa, si comparamos con América Latina…

Q: El ritmo también es mucho más lento, eh (risas).

P: Imagínate que mañana el Valencia viene y te dice que tienes todo el dinero del mundo para hacer un fichaje para la próxima temporada, ¿con quien sueña Quique? ¿a quién quisieras tener en el club?

Q: No tengo grandes sueños. Creo que hay jugadores muy interesante, pero no me traería los más bonitos. Me gustaría Essien, del Chelsea. Me traería a Henry, del Arsenal.

P: Ese es un sueño de alto vuelto… ¿Y en el Valencia ya te han dicho algo al respecto? ¿les has contado el sueño?

Q: No, no se me ocurre. No suelo contar mis sueños en el club (risas).

P: ¿Cómo ves el próximo Mundial? ¿Quién va a ser la sorpresa? Todo mundo apuesta sus fichas por Brasil, ¿será así?

Q: Brasil tiene eso siempre. Es un equipo tan “publicitado” que nunca se sabe muy bien dónde empieza la publicidad y dónde acaba el aspecto futbolístico. Siempre soportan una enorme presión. Es un equipo de grandes jugadores, los mejores del mundo, que no siempre sabe manejar esa presión. Vamos a ver. Brasil es un colectivo muy, muy potente, pero luego hay selecciones con un arraigo y un peso tremendo, a las que no podemos subestimar. Hablo de Italia, de Argentina, de la misma Alemania, que al jugar en casa siempre hay que darle una chance.

P: Aunque parece que están de capa caída los alemanes.

Q: Si, es cierto. Pero el hecho de jugar en casa y ser tan competitivos los hace muy peligrosos. Y será también un Mundial abierto a la aparición de un equipo sorpresa, como ocurrió en el último campeonato Europeo con Grecia. O como ocurrió en otros mundiales con algún equipo africano.

P: ¿Y tienes algún candidato a ocupar ese puesto de “equipo revelación”? Suena mucho Costa de Marfil…

Q: Hum. Son jugadores muy veloces, muy físicos, pero no lo sé. No sé si tienen tanto como para acabar siendo un equipo revelación.

P: ¿Has visto jugar a la selección mexicana?

Q: No, no los he visto. Siempre aparecen en las competiciones grandes y es ahí cuando los empezamos a ver a los mexicanos, tal vez porque sea una liga que no está muy vendida fuera de su país. Así que aquí vemos sus resultados pero no a sus jugadores, salvo que uno se interese particularmente. Creo que tienen un campeonato de nivel, pero no tienen demasiada llegada a España.

P: ¿Y España como llega a este Mundial?

Q: Con muchas dificultades. Primero, porque no tenemos historia y eso pesa. Cuando llegas sin historia a éstos ámbitos es muy difícil que te respeten. Además, un Mundial depende mucho de los jugadores y nosotros a nivel individual no destacamos, somos mejores a nivel colectivo.

P: ¿Te gusta Aragonés como técnico de la selección¿

Q: Si, es alguien que huele al fútbol, que lo olfatea y eso me gusta.

P: ¿Y jugadores? ¿Quiénes crees que van a dar el gran salto?

Q: Yo tengo mi preferido y es Kaká. Me parece un jugador soberbio. Es brillante, efectivo y al mismo tiempo hermoso. Es el jugador del que más espero.

P: ¿Te gustaría tenerlo en el Valencia?

Q: Ese no lo nombré ni como sueño… (risas)

P: Se que no te gusta hablar de los clubes rivales, pero la tentación es grande. ¿Cómo ves al Madrid de hoy comparado con el club que conociste en tus tiempos?

Q: Muy distinto. El Madrid actual es mucho más desordenado, más convulso. Mucho más preocupado por la imagen que por el resultado. Antes el resultado estaba antes que la imagen y ahora es al revés.

P: ¿Si te hubieran llamado para ser entrenador de este Real Madrid en crisis hubieras ido?

Q: Es muy difícil. Sobre todo porque estoy muy bien en el Valencia y con ganas de seguir. La distancia física entre Madrid y Valencia, en cuanto a territorio, es poca (no más de 350 km.) pero la distancia mental es muy grande y no están las cosas como para hacer ese tipo de trasvases.

P: ¿Te quedaste con un buen recuerdo de tu paso con el Madrid, de todos modos?

Q: Si, claro. Estuve dos temporadas como jugador y otra como entrenador de los chicos menores de 20 años, con los que ganamos un campeonato y me dejó muy buenos recuerdos. El Madrid siempre me trató muy bien. Soy madrileño de nacimiento y siempre tuve buen feeling con el club.

P: Otro equipo en el que has dejado huella es el Getafe. Se dice que después de tu paso esta escuadra pequeña parece haber llegado a Primera con ánimo de quedarse mucho tiempo…

Q: Si, lo dejamos bien apuntalado. Fue un año muy difícil el que me tocó estar al frente del equipo, porque con muy poco presupuesto tuvimos que lograr un objetivo muy ambicioso, y al final salió bien. Y ahora es más sencillo para el Getafe permanecer en primera porque cada año pueden ir sumando más jugadores de calidad y han seguido acertando con los técnicos, algo muy importante.

P: Hablando de clubes pequeños, ¿qué te ha parecido la proeza del Villareal en la Champions?

Q: Creo que cada año llega a esas altura un club pequeño porque no tienen presión, no tienen nada que perder y eso les permite llegar muy lejos. Hubiera sido una auténtica sorpresa que llegase a la final, pero la verdad es que se lo tenían merecido. El problema lo tendrán ahora, porque luego de haber pasado por un desafío tan importante se les presentarán las dificultades en la próxima temporada.

P: ¿Crees que Riquelme en el Mundial tendrá un papel tan destacado con la selección argentina como el que tuvo en el Villarreal en la Champions?

Q: No creo. Pienso que Riquelme necesita sentir muy protagonista y no se si Argentina está como para darle ese lugar en estos momentos. Tiene demasiados buenos jugadores a su alrededor. De todos modos siempre me ha parecido un gran estratega.

P: Y ahora, como para terminar “el partido”, hablemos un poco del doping… ¿Es un problema resuelto en la Liga española o sólo está oculto en estos tiempos?

Q: No, está muy controlado. Hay muchos controles sobre las sustancias que se consumen y los jugadores son mucho más responsables. Saben que si infringen las reglas hay un gran castigo y eso ha hecho que ya no les interesa tanto el doping, sino que prefieren cuidarse y salir a competir como corresponde.

9 jul 2006

Merchandising, especulación y anteojos negros

Por Oscar Guisoni


El Papa Benedicto XVI culminó ayer su breve visita de 26 horas a España sin que su presencia haya convocado las multitudes que esperaban los organizadores del V Encuentro Mundial de las Familias. La policía local estima que 400 mil peregrinos siguieron el discurso de clausura del evento que impartió el Papa el sábado por la noche y casi un millón asistieron en la mañana del domingo a la misa con la que Josef Ratzinger se despidió del país. Bastante menos del millón y medio que esperaban las autoridades y la iglesia local.
Detrás queda la polémica por la sonora ausencia de José Luís Rodríguez Zapatero en misa dominical. Aunque Benedicto XVI suavizó sus críticas al gobierno socialista español y se limitó a defender el rol de la familia tradicional por encima de otro tipo de uniones, en clara referencia a la reciente ley que permite el matrimonio entre homosexuales, su vocero Joaquín Navarro Valls tensó el ambiente con unas declaraciones que dejaron entrever el fastidio del Santo Padre por la ausencia del Primer Ministro.
Navarro Valls comparó a Zapatero con Fidel Castro, Daniel Ortega y el ex dictador polaco Jaruzelski, todos ellos considerados auténticas bestias negras por la Iglesia Católica que, sin embargo, no dudaron en asistir a la misa cuando Juan Pablo II visitó sus países. El gobierno español no se dio por aludido y se consideró suficientemente representado por su Ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Angel Moratinos y el de Justicia, Juan Fernando López Aguilar.
Zapatero sabe del fastidio que la visita papal ha provocado en una España cada vez más laica que censura los fastos y el derroche con el que Benedicto XVI fue recibido en Valencia. Se evitó además una esperada rechifla por parte de los grupos más conservadores, vinculados al Opus Dei, que cooptaron la organización del Encuentro.
La ciudad mediterránea, cuna de una familia tan emblemática de la Iglesia fastuosa como lo fueron los Borgia, demostró el fin de semana que la tradición no se ha perdido. La Valencia de Calixto III y Alejandro VI, los Borgia que gobernaron la Iglesia a finales del siglo XV y principios del XVI era famosa por su fastuosidad y lujos. La Valencia del siglo XXI, gobernada por una derecha más atenta a la especulación inmobiliaria que a la seguridad del transporte público (el accidente que costó la vida a 42 personas en el subte local el pasado lunes se debió a la falta de inversión del gobierno local), se gastó 30 millones de euros en la organización de la visita papal. En los barrios periféricos de la ciudad se notaba ayer el fastidio de los olvidados de siempre. “El centro parece una ciudad de reyes y por aquí, que no pasará el Papa, no recogen ni la basura” se queja un vecino del barrio de La Malvarrosa, mientras señala un terreno baldío lleno de escombros que el gobierno local no limpia desde hace meses.
La llegada del Papa dejó al descubierto dos Valencias muy diferentes. La parte elegante de la ciudad se vistió de amarillo y blanco. Los vecinos sacaron las banderas vaticanas al balcón y hasta las flores de los maceteros reproducían los colores de Roma. La intendencia local no dejó calle sin arreglar ni farola sin pintar en el trayecto que iba a recorrer el Papa y preparó el mega altar frente al faraónico complejo de la Ciudad de las Ciencias y las Artes, obra del arquitecto Santiago Calatrava, que se comió el presupuesto local durante los últimos años de modo vertiginoso. Mientras tanto, en Orriols o en Russafa, dos de los barrios más pobres de la ciudad, eran las pancartas de protesta distribuidas por la plataforma “Yo no te espero”, contraria a la llegada del Papa, las más elegidas para adornar los balcones.
“Esa gentuza que no tiene respeto” se lamentaba una peregrina toda vestida de amarillo, al ver un cartel contrario a la presencia del Papa en un balcón. La señora llevaba una elegante gorra visera vaticana, la misma que lució durante la misa el líder del opositor Partido Popular, Mariano Rajoy. La señora, como otros tantos asistentes al evento, concluía su vestuario con la famosa “mochila del peregrino”, también amarilla y blanca y que costaba 15 euros en los kioscos de la ciudad. Una amplia operación de merchandising que se completó con “la silla para ver el Papa”, 18 euros; el pack del peregrino que ofrecían algunos bares (1 sandwich y una latita de coca por 5 euros); la bandera Vaticana, entre 7 y 10 euros o el “menú del peregrino” que oscilaba entre 9 y 14 euros, entre un 20 y un 30 por ciento más caro de lo habitual. La visita también despertó la avaricia de los valencianos que llegaron a cobrar 1.200 euros por una habitación para dos personas durante el fin de semana en una casa particular. Los hoteles de la ciudad también aumentaron sus tarifas y ocuparon con éxito todas sus plazas.
El Papa abandonó la ciudad después de concluida la misa, con un breve paseo en el Papamóvil bajo un calor bochornoso que a esas horas rozaba los 34 grados. El blanco inmaculado de su traje contrastaba con las muy fashion gafas negras que Benedicto se calzó para evitar el impacto del sol del mediodía. Todo un símbolo, muy a tono con la pompa que impregnó su breve viaje.

Benedicto te da sorpresas

Por Oscar Guisoni

El V Encuentro Mundial de la Familia que se desarrolla en Valencia, monopolizado por el Opus Dei, no ha logrado tapar el debate que sacude los cimientos de la Iglesia Católica desde que Benedicto XVI fue elegido Papa a finales de abril del año pasado. Ya en esa ocasión, las paredes del Vaticano se poblaron de voces llegadas de todo el mundo que clamaban por un aggiornamento doctrinal que acercara a la jerarquía católica al convulsionado mundo globalizado del siglo XXI. Desde los sacerdotes africanos que no ocultan sus relaciones sexuales con las mujeres de las tribus en las que trabajan, al tiempo que defienden el uso del preservativo en un continente azotado por el SIDA, hasta los más eclécticos y progresistas teólogos latinoamericanos y europeos, clamaban por una reforma con mayúsculas que acabara con el abismo cada vez mayor entre la iglesia y sus fieles.
La elección de Joseph Ratzinger como Papa hizo presumir que esas voces no serían oídas tampoco ahora. Es más: muchos creyeron que el espíritu del Concilio Vaticano II iba a terminar por desvanecerse de modo definitivo, maltrecho ya como estaba por los golpes que subrepticiamente le había propinado Juan Pablo II en sus últimos años de vida.
Pero el Papa alemán no ha dejado de sorprender a propios y extraños durante su primer año de pontificado. Y a pesar de ser considerado como el gran guardián de la ortodoxia, su estatura intelectual y su prudencia a nivel político han terminado por demostrar que el personaje es más complejo de lo que se pensaba.
Su encuentro con Hans Küng, el máximo exponente de la disidencia teológica a nivel europeo, a principios de este año; su defenestración del dirigente de los Legionarios de Cristo y presunto pederasta Marcial Maciel, sancionado por la Santa Sede el 19 de mayo pasado y su insólita visita al campo de exterminio de Auschwitz, muestran un Ratzinger diferente al que todo el mundo esperaba después de su duro discurso contra la dictadura del relativismo pronunciado días antes de ser elegido Papa.
Fuentes cercanas a la Curia Española más progresista afirman que es tan fuerte la presión dentro de los muros vaticanos que Benedicto XVI está obligado a ejercer de equilibrista en medio de un campo minado. Su única Encíclica hecha pública hasta el momento refleja con claridad estas tensiones, que en el encuentro valenciano han vuelto a salir a luz. En ella su Santidad no sólo reivindica la memoria de Juliano el Apóstata, toda una herejía teológica de alto vuelo, sino que llega a reconocerle al marxismo “algo de verdad” en su crítica a la acción caritativa de la Iglesia. Lo que se dice, un auténtico terremoto doctrinal en una institución que otorga a las palabras un valor supremo.
Quienes pensaban que Joseph Ratzinger iba a ser un Papa con bajo perfil internacional, extremadamente endógeno y eurocéntrico, también están a punto de llevarse una sorpresa. Siguiendo la senda de su predecesor, que apuntó contra el mundo comunista y aportó algo más que un grano de arena a la hora de derribar la cortina de hierro, Benedicto XVI está centrando su mirada en China. Una jugada política de alto vuelo en clara sintonía con la Casa Blanca y que tuvo su punto de arranque durante su primera ronda de nombramientos cardenalicios, cuando el Papa elevó de rango al obispo disidente chino Joseph Zen. Zen lidera a la Iglesia católica clandestina en China, en abierta oposición al régimen que sólo reconoce a una supuesta iglesia oficial dirigida por el Partido Comunista. Su objetivo es sacudir los cimientos de la última mega dictadura que queda en el planeta y abrir al mundo occidental un enorme mercado de más de 1.300 millones de almas.Pero todo esto no logra contentar a sus críticos. Y mucho menos a los disidentes internos. Los católicos de a pié, sobre todo los que están más en contacto con el mundo cotidiano, esperan que el Vaticano comience a reconocer la enorme complejidad del mundo globalizado con su cada vez mayores desigualdades económicas y sociales, abandone sus posturas extremas en defensa de la familia tradicional y deje de lado su conservadurismo a la hora de criticar a la ciencia que experimenta con células madre en busca de una solución a enfermedades como el cáncer y el SIDA. Si no lo hace, advierten cada vez con voz más alta, el mundo occidental, la cuna del cristianismo, continuará con su andadura hacia una sociedad cada vez más laica y

El Papa llega a Valencia

Oscar Guisoni

“¡Benedicto, Oé! Benedicto, Oé!” La canción del Mundial que no le trajo fortuna a la selección española se dejó oír ayer con fuerza en el aeropuerto de Valencia, cuando a las 11.30 hora local el Papa bajó del avión. Su llegada se vio precedida por más de una polémica y una violenta tragedia, la que el lunes pasado cegó la vida de 42 personas en el subte de la ciudad.
La Conferencia Episcopal local había calentado el ambiente de confrontación con el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero horas antes de que el avión papal aterrizara en una Valencia vestida de excesivo lujo para recibirlo. Su presidente, monseñor Ricardo Blázquez, había acusado a la sociedad española de estar moribunda, en una entrevista concedida a la revista italiana Famiglia Cristiana. Imágenes del abismo que la Iglesia Católica hispana agita cada día desde que los socialistas llegaron al poder en 2004.
A las autoridades eclesiásticas locales les molesta la nueva ley de educación, que elimina la enseñaza obligatoria de religión en las escuelas públicas; la ley de divorcio express, que acelera los tiempos de la disolución del matrimonio civil y, sobre todas las cosas, la legislación que permite el matrimonio entre homosexuales. A la Iglesia en realidad le molesta que el estado legisle sobre la unión entre personas, un territorio que considera coto privado, como lo demostró ya en 1870 cuando el Parlamento español dictó la ley de matrimonio civil. La llamaron “la ley de la mancebía” y anunciaron también, como ahora, que se trataba de “un inmoral y vulgar concubinato o un escandaloso incesto”.
Antes de que Benedicto XVI bajara en Valencia también echó leña al fuego su sucesor al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal norteamericano William Joseph Levada, quien sugirió que los católicos tienen la obligación de no seguir las leyes que Roma considera inmorales. Un auténtico llamado a la desobediencia civil que ya ha tenido su manifestación más palpable en la negativa de algunos jueces españoles a celebrar los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Pero Ratzinger es, antes que nada, un ortodoxo en lo moral y un pragmático en lo político, por lo que su primer discurso, ayer por la mañana, frente a la catedral de Valencia, no fue tan duro como lo hubieran querido los obispos locales. Sólo se limitó a defender la familia tradicional. Ni una palabra que pudiera ser interpretada como contraria al actual gobierno.
Antes había sido recibido por los Reyes y por el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero en el aeropuerto. El Papa se detuvo después unos minutos a orar en la estación del subte de Jesús, lugar de la tragedia del pasado lunes. Y concluyó su periplo público mañanero con la oración en la plaza de la Virgen, frente a la majestuosa catedral valenciana.
Un nutrido grupo de seminaristas ocupaba los primeros asientos en la plaza. El Papa se sorprendió por la cantidad de veces que interrumpieron su discurso con gritos y canciones y más debió de sorprenderse al leer la inscripción que llevaban en sus remeras. “Hazte cura. Y que sea lo que Dios quiera…”. Un toque de humor en medio del apabullante calor que asolaba el centro de la ciudad a esas horas.
Por la tarde el Papa se encontró con Zapatero en el Palacio Arzobispal. Según fuentes del gobierno, fue una reunión cordial en la que no hubo reproches por parte de Benedicto XVI al líder socialista. Minutos antes del encuentro, el primer ministro tuvo que soportar rechiflas e insultos provenientes de un pequeño grupo de peregrinos que lo esperaba a la entrada del Palacio al grito de “ETA y ZP, la misma mierda es”.
Por la tarde el Papa se dirigió al enorme escenario de 2.500 metros cuadrados que el gobierno de la ciudad ha montado sobre el puente de Monteolivete que cruza el cauce seco del río Turia en la parte más elegante y moderna de la ciudad, con el objetivo de clausurar el V Encuentro Mundial de la Familia, principal motivo pastoral de su visita.
Para llegar al fastuoso escenario tuvo que atravesar media ciudad sobre el Papa Móvil. Hacía tanto calor que Benedicto XVI bajó los vidrios blindados del vehículo, exasperando los nervios de sus guardaespaldas y obligando al vehículo que lo transportaba a acelerar el paso.
Los organizadores del evento esperaban que llegaran a Valencia un millón trescientas mil personas. Era difícil evaluar ayer en cuánto se han cumplido sus deseos, pero a juzgar por el aspecto vacío que presentaban las zonas adyacentes al puente, cortadas al tráfico de vehículos desde la tarde del viernes, es de suponer que Benedicto XVI no se dará un baño de multitudes como el que se esperaba. O, como comentaba algún malicioso transeúnte, el que se hubiera dado en vida el carismático Juan Pablo II.
La soterrada polémica que se ha dado dentro del mundo católico local durante los últimos días tal vez explique tantas ausencias. Las comunidades de base de la iglesia, pequeñas pero muy activas, desistieron de hacerse presentes en Valencia por considerar que el encuentro estaba cooptado por el Opus Dei y sus posturas ultra ortodoxas, a su vez que criticaron el exceso de lujos y de desfachatada operación de marketing turístico que el gobierno local, también vinculado a los sectores más conservadores de la derecha, le imprimió al acto.
El Papa abandonará hoy la ciudad a las 13.30 luego de celebrar la misa a tempranas horas de la mañana en el mismo escenario en el que clausuró ayer el Encuentro. Con el correr de los días se podrá evaluar mejor el impacto político y social de su primer viaje como pontífice a España.

7 jul 2006

NO TODOS ESPERAN A BENEDICTO XVI EN VALENCIA

Por Oscar Guisoni
Página/12 en Valencia

Faltan pocas horas para que el avión que llevará al Papa Benedicto XVI a España llegue al aeropuerto de Manises, en Valencia, el próximo sábado por la mañana. Pero la llegada de Joseph Ratzinger al país no podía estar precedida de más polémicas e infortunios. El tercer viaje al extranjero del Papa alemán ha reabierto el debate dentro del mundo católico español y está provocando un revuelo de grandes magnitudes en la ciudad mediterránea que lo espera para que clausure el V Encuentro Mundial de las Familias que comenzó el miércoles pasado.
El brutal accidente ocurrido el lunes por la tarde en la ciudad, que se saldó con la muerte de 41 personas, fue la gota que colmó el vaso de un ambiente que se venía caldeando desde hacía ya varios días. La tragedia no sólo puso en duda la seguridad del evento, al que se espera que asistan más de un millón de peregrinos llegados de toda en Europa, sino que disparó la polémica política y social. Muchos valencianos cuestionan a la derecha que gobierna la ciudad y la región que se haya gastado una enorme cantidad de dinero en la organización del evento mientras descuidaba un aspecto tan importante como la seguridad del transporte público.
Pero la polémica trasciende a la tragedia del lunes. Un grupo de unos 1.500 vecinos de la ciudad se había acercado a la Curia local durante la semana pasada para manifestar su apostasía, exigiendo a la Iglesia Católica que borrara sus nombres y demás datos personales de sus registros, como un modo de manifestar su desacuerdo con el modo y la forma en que se estaba organizando la visitar papal.
Detrás de la organización del Encuentro se ha podido ver con claridad la mano del Opus Dei, el grupo católico ultraconservador más militante en España, con gran influencia entre los principales obispos y cardenales locales. El Opus no ha dudado en manipular el encuentro provocando la ira de los sectores progresistas de la Iglesia. En principio, trataron de hacer todo lo posible por evitar el encuentro entre Benedicto XVI y el Primer Ministro Rodríguez Zapatero, al que el Papa cuestiona su reciente ley de educación, que resta poder la Iglesia y su apoyo a la legislación que permite la boda entre homosexuales, aprobada por el parlamento español el día después de la elección de Ratzinger como Papa. Se espera que Ratzinger haga un duro discurso contra la política del gobierno socialista en el poder, aunque algunas fuentes sostienen que después del trágico accidente del lunes la posición de Benedicto XVI será menos extrema de lo esperado.
Todo esto se ha llevado a cabo en connivencia con el gobierno local, en mano de sectores de la derecha muy cercanos al Opus Dei. El pasado 4 de abril un representante de la Generalitat Valenciana, Esteban González Pons, disolvió una reunión que se celebraba en el Palacio de Gobierno regional entre representantes del gobierno y miembros de la Fundación del Encuentro que organiza el evento. González Pons desalojó literalmente a los delegados del Poder Ejecutivo de la sala en el momento en el que se discutía sobre el dispositivo de seguridad que debía acompañar a la visita del Papa. El gobierno de la ciudad pretendía que fuera un concejal de la ciudad el encargado de coordinar el dispositivo de seguridad, provocando la indignación del gobierno de Zapatero que no se cedió ante lo que consideraban una grave “dejación de funciones”. La visita del Papa es equiparable a la llegada de cualquier otro jefe de estado, por lo cual son los servicios de seguridad del estado los encargados de garantizar que nada le ocurra desde que ponga pie en territorio español hasta que se marche.
Otra polémica estalló cuando el gobierno local pretendió que fuera el Canal Nou, la televisión pública valenciana, la que tuviera la exclusividad de la transmisión del acto. El argumento para dejar fuera a TVE, Televisión Española, fue que desde la cadena nacional se estaba dando voz a los “grupos que incitaban a la violencia contra el Santo Padre”. Cuando faltas pocas horas para que el Papa llegue a la ciudad esta disputa aún no se ha resuelto.
Mientras tanto, en las calles de la ciudad se pueden ver con claridad lo que piensan del asunto los ciudadanos. Mientras en muchos balcones hace días que ondea la bandera amarilla y blanca del Vaticano en señal de bienvenida, en otros han aparecido unas pancartas rojas y negras con la leyenda “Yo no te espero”, escrita en valenciano, distribuidos por la plataforma social del mismo nombre que ha ido sumando simpatizantes a través de su página web http://www.jonotespere.org El grupo ha firmado un manifiesto titulado “Nosotros no te esperamos” con el que se mete de lleno en el debate que agita al mundo católico español, cuestionando la posición de la Iglesia con respecto al uso de anticonceptivos, el matrimonio homosexual, el rol de las mujeres en la sociedad y la oposición a la investigación científica con células madre que posibiliten en el futuro la cura de enfermedades hoy mortales.
El aguerrido sitio en Internet ha tenido más de 390 mil visitas en los últimos días y sus viñetas humorísticas han sido reproducidas por la enorme multitud de blogs que se han sumado durante las últimas horas al rechazo que produce, más que llegada del Papa a la ciudad, la manipulación política a la que está siendo sujeto el evento por parte del Opus Dei.