13 ene 2007

España movilizada contra ETA

Oscar Guisoni


Dos multitudinarias manifestaciones, una en la ciudad de Bilbao, otra en Madrid, expresaron ayer el rechazo de la sociedad española a la violencia terrorista. Las marchas fueron precedidas por una fuerte polémica política que ha dejado al descubierto la profunda división existente hoy en el país en torno al modo en el que se debe proceder para acabar con ETA. El Partido Popular, que después de muchas ideas y vueltas finalmente no concurrió a ninguna de las dos convocatorias, terminó pagando con su aislamiento su burdo intento de aprovechar el atentado etarra del 30 de diciembre en el aeropuerto de Barajas para desgastar el gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero. Es la primera vez, en los cuarenta años de existencia de la banda separatista vasca, que las fuerzas políticas españolas no se manifiestan unidas contra un ataque terrorista.
Ayer por la tarde en Madrid la escritora Almudena Grandes cerró con sus palabras en las que pidió con contundencia que “Eta abandone la violencia” la impresionante marcha que recorrió el centro de la ciudad y que culminó con un acto en el que el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos en España (FENADEE), Santiago Morales afirmó emocionado que “los inmigrantes venimos aquí a compartir la riqueza, pero también compartimos el sufrimiento”, realizando un homenaje a los dos ciudadanos ecuatorianos asesinados por ETA en su último atentado.
El llamado a la manifestación que se realizó en Bilbao, la ciudad más importante del País Vasco, corrió por cuenta del presidente del gobierno regional, el lehendakari Juan José Ibarretxe, del Partido Nacionalista Vasco y estuvo rodeada desde un principio por la polémica. Ibarretxe convocó a la ciudadanía primero bajo el lema “Por la paz y el diálogo”, lo que provocó que el Partido Socialista vasco decidiera no concurrir, al interpretar que se estaba respaldando la continuidad de la negociación política con los independentistas. El brazo político de ETA, Herri Batasuna, se sumó en un principio a la marcha, aún cuando el gobierno vasco le hizo saber que su presencia no era bienvenida. El Partido Popular vasco se negó inicialmente a concurrir porque creía que la consigna no expresaba el deseo de la sociedad de acabar con la violencia.
Ibarretxe rectificó finalmente el lema de la convocatoria en un intento de ampliar el espectro político de la marcha y reconoció públicamente su error, considerando que sólo había contribuido a confundir a la ciudadanía. Satisfaciendo los deseos de socialistas y populares, el gobierno vasco incorporó la frase “Exigimos a ETA el fin de la violencia”. Desde el PSOE la respuesta fue inmediata: los socialistas se sumarían a la marcha e incluso invitaban a Batasuna a que mantuviera su voluntad de asistir, para demostrar así su voluntad de rechazar la lucha armada.
Herri Batasuna terminó desistiendo de su propósito de marchar junto a la ciudadanía vasca cuando el lema de la manifestación fue modificado. Una reacción previsible que confirma el aislamiento en el que se encuentra la izquierda radical después del atentado con el que ETA rompió sorpresivamente la tregua declarada el 24 de marzo de 2.006. Pero lo que no se esperaban los organizadores del acto era la negativa del Partido Popular a hacerse presente en la manifestación.
Un telenovela aún más confusa fue protagonizada por el PP a nivel nacional y terminó dejándolo también fuera de la marcha que ayer por la tarde convocó en Madrid a más de medio millón de personas. La manifestación fue propuesta originalmente por los dos sindicatos mayoritarios, UGT y Comisiones Obreras en conjunto con la Federación de Ecuatorianos residentes en España. La consigna que se propuso en un principio “Por la paz y el diálogo, contra el terrorismo” fue la excusa que utilizaron por populares para negarse a sumarse al acto. El PP entendía que el lema era confuso y que parecía un apoyo explícito a la política dialogante del gobierno hacia ETA antes del atentado de Barajas, por lo que exigía una condena explícita a la violencia como requisito para bajar a las calles.
Los organizadores del mitin no se hicieron rogar y en un último y desesperado intento por sumar al principal partido de la oposición al acto incorporaron la consigna “Exigimos a ETA el fin de violencia”. “Ahora ya no tienen excusas” advirtió al PP la vicepresidenta del gobierno, María Teresa Fernández de la Vega. Pero los populares decidieron mantenerse en sus trece y en un confuso comunicado hecho público el día anterior a la marcha pidieron que las manifestaciones fueran desconvocadas. Este proceder causó un profundo malestar incluso entre los simpatizantes del PP, que en cientos de blogs y espacios de discusión en Internet llamaban a desobedecer la orden de su partido y a hacerse presente en las calles de Madrid., Hasta el periódico El Mundo, el medio más cercano a las posturas neoconservaodras de los populares, condenó ayer su actitud en un duro editorial en el que critica “la falta de cintura política del PP” que le ha dado “un balón de oxígeno” a Zapatero.
La manifestación madrileña estuvo secundada también por un impactante comunicado firmado por artistas e intelectuales, entre los que destacaban el Premio Nóbel José Saramago, Joaquín Sabina, Pedro Almodóvar, José Sacristán, entre otros. Los firmantes criticaron la actitud del Partido Popular en una conferencia de prensa en la que sorprendió por su dureza el discurso del argentino Federico Luppi, quien afirmó que “nos va la vida en crear un cordón sanitario contra este derecha cerril, troglodita, casi gótica. Esta es una derecha venenosa, terrible y perversa”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Manifestación del 3 de febrero: convoca el Foro de Ermua, del Prof. Don Mikel Buesa.