13 ene 2007

La justicia toca a la puerta de Isabel Perón

Oscar Guisoni


Avejentada, envuelta en un elegante abrigo de piel negro que la protegía de la fría jornada madrileña y rodeada de un pequeño grupo de allegados que le evitó la humillación de ser esposada y escoltada por los agentes que procedieron a detenerla, así fue llevada ayer por la Policía española Isabel Martínez de Perón para ponerla a disposición de la Audiencia Nacional, que deberá comenzar de inmediato el trámite de extradición a la Argentina.
La ex presidenta residía en un discreto barrio de las afueras de la capital española desde que en diciembre de 1.989 había vendido la mítica finca “17 de Octubre” en la residencia de Puerta de Hierro, entregándole gran parte de los cuatro millones de dólares recaudados a las hermanas y herederas de Evita, tal y como se lo obligó en su momento la justicia.
La orden de detención, al contrario de lo que sucedió hace dos semanas con la librada con el ex comisario Almirón, llegó con más rapidez de lo esperado a Madrid, luego de que por la tarde la central internacional de INTERPOL con sede en Francia se la girara a sus pares españoles. La Policía española estaba advertida desde ayer por la mañana de que la justicia argentina había librado la orden de captura contra la ex presidenta, gracias también a la enorme repercusión que tuvo la noticia en la prensa local.
Isabelita llegó a la sede de la Audiencia Nacional a primeras horas de la noche y fue sometida a un examen por parte de un médico forense para determinar si se halla en condiciones de declarar ante la justicia. Según afirmaron los agentes que participaron en la detención, la ex presidenta se entregó voluntariamente apenas la policía tocó a su puerta. A través de su abogado había hecho conocer el día anterior su disposición a presentarse ante la justicia si finalmente se libraba la orden de detención en su contra.
De acuerdo al procedimiento habitual, será el juez Luís del Olmo de la Audiencia Nacional, el mismo que lleva la mega causa por el atentado islamista del 11 de marzo de 2.004 en los trenes de Madrid, el que le preguntará si desea ser extraditada o no a la Argentina. En el caso de que la ex presidenta esté de acuerdo, el traslado a Buenos Aires será inmediato. Si se niega, se abre un plazo máximo de cuarenta días para que la justicia española, en el marco de un proceso acelerado de extradición, determine si la misma se debe llevar a cabo.
Según ha podido saber Página/12 de fuentes vinculadas a la Fiscalía nacional, es muy probable que no se solicite un régimen de prisión para Isabelita, debido a su avanzada edad y al supuesto precario estado de salud en el que se encuentra. Algunas versiones apuntan a que sus crónicas taquicardias se han agravado, a la vez que son frecuentes sus enfermedades de origen nervioso. A partir de 1.987, sostienen las mismas fuentes, cuando fueron robadas las manos del general Perón al profanarse su tumba, empeoraron los síntomas de la enfermedad de Graves-Besedow, una especie de hipertiroidismo, que la ex presidenta padece.
La opción que está estudiando la Fiscalía española para evitarle el mal trago de la prisión es la de establecer la obligatoriedad de su comparecencia diaria ante la Audiencia Nacional o bien optar por una especie de prisión domiciliaria, que consistiría en mantener una guardia policial permanente en su casa. “Es una persona muy notoria y de edad avanzada, no creemos que intenté la fuga” afirman en la Fiscalía.
La noticia ha provocado un gran revuelo en España, donde su detención fue registrada por diversas televisiones y transmitida a todo país en los noticieros centrales de la noche. La prensa local hacía hincapié ayer en la notoriedad de la ex presidenta, en su vinculación al terrorismo de estado a través de la fundación de la Triple A durante su gobierno y a la curiosa carrera de la bailarina con formación básica que llegó a transformarse, por efecto de ese incomprensible fenómeno que es el peronismo para los españoles, en la primera mujer en América Latina en ocupar la primera magistratura.
Según comentan sus vecinos, la ex presidenta argentina vive recluida en su casa, de la que se ausenta en raras ocasiones o en los meses de verano donde se traslada a la aristocrática villa de Marbella a orillas del Mediterráneo.
Hasta hace algunos años todavía participaba activamente en obras de caridad y hasta se la podía ver, en tiempos del gobierno de Carlos Menem, en algunas recepciones en la Embajada Argentina en Madrid. En alguna de esas reuniones Isabelita manifestó que está preparando un libro con sus memorias, que en su opinión causarán más de un huracán político. “Todavía hay gente que me tiene mucho miedo” se ha ufanada ante su reducido grupo de amigos en más de una ocasión.
Sus amistades en España son también pocas y misteriosas. Aparte de un reducido grupo de argentinos que tienen relación con ella por motivos más familiares que políticos, Isabelita no ha perdido sus vínculos con la familia del ex dictador Francisco Franco. De hecho fue la fallecida Pilar Franco la encargada de traerla a Madrid luego de que los militares argentinos la liberaran en 1.981, después de haberla tenido cinco años detenida acusada de malversación de fondos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Villanueva de la Cañada