7 jul 2006

NO TODOS ESPERAN A BENEDICTO XVI EN VALENCIA

Por Oscar Guisoni
Página/12 en Valencia

Faltan pocas horas para que el avión que llevará al Papa Benedicto XVI a España llegue al aeropuerto de Manises, en Valencia, el próximo sábado por la mañana. Pero la llegada de Joseph Ratzinger al país no podía estar precedida de más polémicas e infortunios. El tercer viaje al extranjero del Papa alemán ha reabierto el debate dentro del mundo católico español y está provocando un revuelo de grandes magnitudes en la ciudad mediterránea que lo espera para que clausure el V Encuentro Mundial de las Familias que comenzó el miércoles pasado.
El brutal accidente ocurrido el lunes por la tarde en la ciudad, que se saldó con la muerte de 41 personas, fue la gota que colmó el vaso de un ambiente que se venía caldeando desde hacía ya varios días. La tragedia no sólo puso en duda la seguridad del evento, al que se espera que asistan más de un millón de peregrinos llegados de toda en Europa, sino que disparó la polémica política y social. Muchos valencianos cuestionan a la derecha que gobierna la ciudad y la región que se haya gastado una enorme cantidad de dinero en la organización del evento mientras descuidaba un aspecto tan importante como la seguridad del transporte público.
Pero la polémica trasciende a la tragedia del lunes. Un grupo de unos 1.500 vecinos de la ciudad se había acercado a la Curia local durante la semana pasada para manifestar su apostasía, exigiendo a la Iglesia Católica que borrara sus nombres y demás datos personales de sus registros, como un modo de manifestar su desacuerdo con el modo y la forma en que se estaba organizando la visitar papal.
Detrás de la organización del Encuentro se ha podido ver con claridad la mano del Opus Dei, el grupo católico ultraconservador más militante en España, con gran influencia entre los principales obispos y cardenales locales. El Opus no ha dudado en manipular el encuentro provocando la ira de los sectores progresistas de la Iglesia. En principio, trataron de hacer todo lo posible por evitar el encuentro entre Benedicto XVI y el Primer Ministro Rodríguez Zapatero, al que el Papa cuestiona su reciente ley de educación, que resta poder la Iglesia y su apoyo a la legislación que permite la boda entre homosexuales, aprobada por el parlamento español el día después de la elección de Ratzinger como Papa. Se espera que Ratzinger haga un duro discurso contra la política del gobierno socialista en el poder, aunque algunas fuentes sostienen que después del trágico accidente del lunes la posición de Benedicto XVI será menos extrema de lo esperado.
Todo esto se ha llevado a cabo en connivencia con el gobierno local, en mano de sectores de la derecha muy cercanos al Opus Dei. El pasado 4 de abril un representante de la Generalitat Valenciana, Esteban González Pons, disolvió una reunión que se celebraba en el Palacio de Gobierno regional entre representantes del gobierno y miembros de la Fundación del Encuentro que organiza el evento. González Pons desalojó literalmente a los delegados del Poder Ejecutivo de la sala en el momento en el que se discutía sobre el dispositivo de seguridad que debía acompañar a la visita del Papa. El gobierno de la ciudad pretendía que fuera un concejal de la ciudad el encargado de coordinar el dispositivo de seguridad, provocando la indignación del gobierno de Zapatero que no se cedió ante lo que consideraban una grave “dejación de funciones”. La visita del Papa es equiparable a la llegada de cualquier otro jefe de estado, por lo cual son los servicios de seguridad del estado los encargados de garantizar que nada le ocurra desde que ponga pie en territorio español hasta que se marche.
Otra polémica estalló cuando el gobierno local pretendió que fuera el Canal Nou, la televisión pública valenciana, la que tuviera la exclusividad de la transmisión del acto. El argumento para dejar fuera a TVE, Televisión Española, fue que desde la cadena nacional se estaba dando voz a los “grupos que incitaban a la violencia contra el Santo Padre”. Cuando faltas pocas horas para que el Papa llegue a la ciudad esta disputa aún no se ha resuelto.
Mientras tanto, en las calles de la ciudad se pueden ver con claridad lo que piensan del asunto los ciudadanos. Mientras en muchos balcones hace días que ondea la bandera amarilla y blanca del Vaticano en señal de bienvenida, en otros han aparecido unas pancartas rojas y negras con la leyenda “Yo no te espero”, escrita en valenciano, distribuidos por la plataforma social del mismo nombre que ha ido sumando simpatizantes a través de su página web http://www.jonotespere.org El grupo ha firmado un manifiesto titulado “Nosotros no te esperamos” con el que se mete de lleno en el debate que agita al mundo católico español, cuestionando la posición de la Iglesia con respecto al uso de anticonceptivos, el matrimonio homosexual, el rol de las mujeres en la sociedad y la oposición a la investigación científica con células madre que posibiliten en el futuro la cura de enfermedades hoy mortales.
El aguerrido sitio en Internet ha tenido más de 390 mil visitas en los últimos días y sus viñetas humorísticas han sido reproducidas por la enorme multitud de blogs que se han sumado durante las últimas horas al rechazo que produce, más que llegada del Papa a la ciudad, la manipulación política a la que está siendo sujeto el evento por parte del Opus Dei.

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